soufflé au chocolat, le drame.
Todo se planeó desde el dominguito futbolero donde hablamos de cómo, dónde, cuándo y qué prepararíamos. Estabamos entre un Crème Brûlée y el Soufflé au Chocolat y era ya martes y no decidíamos.
El martes por la tarde H. Chef Pradal mensajeó con la desición y todos felices, pero no sabíamos que ese mismo día por la noche explotaría la bomba: Souffleras extraviadas o robadas o destruidas, por tanto quedamos en llamarnos a primera hora del miércoles para emprender la búsqueda de las souffleras, ya fuera en alguna tiendita gourmet, en alguna sucursal de Almacenes El Triunfo o con la vecina.
H. Chef Pradal conectó las souffleras con la vecinita minutos después de haber dado la fatal noticia y nos fuimos a dormir tan campantes.
El miercoles, EL día del Soufflé, recibí una llamada que me histerizó a grado máximo: La vecinita en un arranque de envidia muy mala leche decidió de buenas a primeras no prestar las souffleras de marras, así que H. Chef Pradal corrió al departamento de artículos de cocina mas cercano a su domicilio a comprar su propio juego de souffleritas. Divinas.
Total, el miercoles por la noche llegó y la cita se dió en la cocina del Clan Pradal y empezó el terror.
Primero por cubrir el interior de las souffleritas con mantequilla pomada (beurre en pommade) y azucar granulada.
Pero llegó el peor momento de la noche: el chocolate que había sido todo tradición por su calidad y buen sabor en esta ocasión resulto ser, probablemente, una copia pirata. Nomás no se derretía lindo para cubrir las supremas de naranja y las fresas que serían la decoración del plato.
Pasamos horas tratando de lograr el punto correcto en el chocolate hasta que decidí, muy certera y mañosamente, cucharear el resultado.
Después del proceso crucial, que es el batido de las claras y su montaje en la masita del soufflé, vino la vertida de esa mezcla en las souffleritas y pa'l horno.
Ambos francamente dudabamos que el soufflé fuera a subir, pero sí, subió y mucho. Era pasada la media noche cuando nos sentamos a la mesa a atascarnos de soufflé de chocolate, que quedó exquisito.
H. Chef Pradal se lució con el servicio porque además de las supremas de naranja y fresas cubiertas de chocolate, agregó una porción de delicado helado de frambuesa y frambuesitas frescas.
La próxima cita será para preparar Crème Brûlée con Toronja en Tres Texturas, receta que fué diseñada mientras comiamos y comiamos soufflé au chocolat.
Somos unos golosos.
gonX

El martes por la tarde H. Chef Pradal mensajeó con la desición y todos felices, pero no sabíamos que ese mismo día por la noche explotaría la bomba: Souffleras extraviadas o robadas o destruidas, por tanto quedamos en llamarnos a primera hora del miércoles para emprender la búsqueda de las souffleras, ya fuera en alguna tiendita gourmet, en alguna sucursal de Almacenes El Triunfo o con la vecina.
H. Chef Pradal conectó las souffleras con la vecinita minutos después de haber dado la fatal noticia y nos fuimos a dormir tan campantes.
El miercoles, EL día del Soufflé, recibí una llamada que me histerizó a grado máximo: La vecinita en un arranque de envidia muy mala leche decidió de buenas a primeras no prestar las souffleras de marras, así que H. Chef Pradal corrió al departamento de artículos de cocina mas cercano a su domicilio a comprar su propio juego de souffleritas. Divinas.
Total, el miercoles por la noche llegó y la cita se dió en la cocina del Clan Pradal y empezó el terror.
Primero por cubrir el interior de las souffleritas con mantequilla pomada (beurre en pommade) y azucar granulada.
Pero llegó el peor momento de la noche: el chocolate que había sido todo tradición por su calidad y buen sabor en esta ocasión resulto ser, probablemente, una copia pirata. Nomás no se derretía lindo para cubrir las supremas de naranja y las fresas que serían la decoración del plato.
Pasamos horas tratando de lograr el punto correcto en el chocolate hasta que decidí, muy certera y mañosamente, cucharear el resultado.
Después del proceso crucial, que es el batido de las claras y su montaje en la masita del soufflé, vino la vertida de esa mezcla en las souffleritas y pa'l horno.
Ambos francamente dudabamos que el soufflé fuera a subir, pero sí, subió y mucho. Era pasada la media noche cuando nos sentamos a la mesa a atascarnos de soufflé de chocolate, que quedó exquisito.
H. Chef Pradal se lució con el servicio porque además de las supremas de naranja y fresas cubiertas de chocolate, agregó una porción de delicado helado de frambuesa y frambuesitas frescas.
La próxima cita será para preparar Crème Brûlée con Toronja en Tres Texturas, receta que fué diseñada mientras comiamos y comiamos soufflé au chocolat.
Somos unos golosos.
gonX

6 comentarios:
Me guardas? se me antojó, y aprende bien a preparar Crème Brûlée, porque tú serás oficialmente el que la prepare.He dicho.
heeeey! qué mal que está eso de que nomás presumas...
de verdad, mu mal, mu mal.
ESTOY BABEANDO, SE ME HIZO AGUA LA BOCA!!! QUIERO UNO!
Qué complicación, con lo fácil que es hacer brownies de caja y todos felices y todos pachecos.
Maricela: Acepto.
Bombón: Un poco de presunción, sí, pero también es un poco de autopromoción.
Cyn: Un día haré una gran cena gourmet y estarás invitada.
Plaquetita: Complicado, sí, pero delicioso y muy muy muy entretenido.
oye, que buen relato!!!
pa la proxima, uno de tacos y tamales
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