mucho gusto.

Idas y venidas de ideas en desorden.





Paseo Sabatino con la familia. Episodio III

La cita no fué ahora en nigun sitio del sistema vial de la ciudad y tampoco fué de madrugada. Legué puntual a la cita en casa del que sería lider de la expedición.

Yo solo sabia que el líder de la "operación museo" había conseguido integrarnos a una de esas visitas guiadas que tanto furor causaron y cuya disponibilidad se agotó tan pronto. Yo creo que eso de las visitas guiadas fué una estratagema para darle un estatus mas elitista al asunto ese de la visita al faraon ese, porque ¿qué elegante puede ser ir a ver un muerto que se murió hace tresmil años? Pues nada.

Ahi, en el cuartel, me enteré de que el líder no solo había conseguido la visita guiada de marras, sino que además se las ingenió para atiborrar el museo con una gran variedad de elementos representativos de mi clan familiar. En total tres autos en caravana descendimos las faldas del ajusco a toda velocidad y nos metimos al periférico, en medio de la construcción del distribuidor-vial-de-norte-a-sur y llegamos bien rápido y bien temprano al museo ese.

Sin colas, sin gente, sin calor. Pura finura. Entramos como biaipís al bull. Ni nos registraron para ver si traiamos cuchillos, pistolas, granadas expansivas, misiles tierra-aire, bazucas, resorteras o navajas como las de maguiver. Nos hicieron sentar en una salita de espera hábilmente situada cerca de la venta de suvenirs. De entre toda la comitiva creo que solo yo resistí la tentación, y eso porque calculé que si compraba ese cosito-bonito-artesania-egipcia no me alcanzaría para pagar el estacionamiento. Esperamos poco, la verdad. Media hora de compras y platiquita familiar -uno que otro regaño, uno que otro reclamo- y nos metieron a LA sala. Antes nos advirtieron muy serios los polis que apagaramos los teléfonos celulares, porque con eso de que ahora toman fotos y hasta vídeo, pus no fuera a ser la de malas y alguien se piratea fotos de "las piezas" y luego las pone en un blog, o las vende por interné o algo pior. Yo estaba muy emocionado.

Higrómetros, termómetros, densímetros, paralelepipedógrafos, gramófonos, estetoscopios y un aire acondicionado a diez grados. "Es pá' que se conserven las piezas, joven". Y yo venia saliendo de la bronquitis aquella ¿se acuerdan?. Hice de tripas corazón y con muy buena voluntad y verdadero interés empezé a ver cada piecesilla y a leer cada anotacioncilla y a ver cada monitorsillo hasta que acabé con la exposición.

¿momias? ¡NO! No había ni una sola. -despúes me dijeron, ante este reclamo, que, si quería ver momias, me fuera a Guanajuato- *urge corrector de estilo*

Tres horas duró mi encuentro con los egipcios que se pusieron sus moños de 10 grados y cero humedad y grupos selectos en visita privada. A la salida vimos un caradeniño y le tomé una foto porque ya habia prendido mi celular.

La verdad es muy emocionante contactar intelectualmente a una cultura así de antigua y tan similar en muchas cosas a la nuestra. Politeísmo, gobernantes déspotas y megalomaniacos, esclavos, campesínos, clases sociales marcadísimas y muchísimo fervor religioso. Aprendí mucho, para que negarlo.

Nos despedimos de la caravana que ahi se separó y el resto emprendimos en viaje de vuelta al cuartel, en donde quedé arrestado dos días por gripa. Me cuidaron mucho. Gracias.

FIN

gonX
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Siendo las 10:38 p.m., Blogger Pami Yasbeck dijo...

¿Supiste que hay tumbas egipcias en puebla? Está la de tután camote... jajajaja... perdón, acá bien pipope.    



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