mucho gusto.

Idas y venidas de ideas en desorden.





El miedo.

Leyendo un cuento de Lovecraft hace ya un par de años entendí la diferencia que alguien marcaba entre el terror y el horror.

Entendí porqué lo de su espíritu atormentado y sus andar extraño por esta vida. Y es que, teniendo esas ideas en la cabeza, uno no puede ir así, tan campechano sonriendole a todos y a todas.

Cuando en las montañas de la locura empezaron a pasar esas cosas que solo pasan en las novelas de verdadero horror, en las novelas de Lovecraft, no pude evitar el ligero escalofrío que levantó como púas los pelos de mi espalda, cuello y brazos. Tuve que cerrar el libro y un extraño reflejo, tal vez producido por esos hábitos instintivos heredados por nuestros ancestros primates, hizo que volteara la cabeza a ver si no había nada ahí atras de mi.

Hoy me pasó algo parecido. Llegué a casa muy de noche. Habia sido un día arduo de talacha, preparativos, planeación y discusión en la casa de los vientos -chemo incluido- y tenía hambre. Como ya había estacionado el corcel blanco que transporta mi dolor en su lugar habitual, se me hizo fácil simplemente caminar hasta el oXXXo mas cercano. Unas cuatro cuadritas.

De vuelta a casa y después de haber hecho las compras caí en la cuenta de que un tramo del trayecto estaba tenebrosamente a obscuras. Inmediatamente ese extraño sentir de mariposas en la barriga me invadió y, obviamente, todos mis sentidos se agudizaron preparandome para la batalla -o la huida-.

Inconsientemente callé las monedas que tintineaban dentro de los bolsillos de mi pantalón y presté excesiva atención a los sonidos de las calles de mi colonia a la una de la madrugada.

Lo que me temía sucedió. Escuché detras mío un crujir como de hojas pisadas por algún paso apresurado. Mis manos se crisparon, seguramente mi rostro se endureció y mis rodillas temblaron. -Ora si güerito, ya valió madre- pensé que me diría el malhechor, que hasta el momento solo habitaba en mi imaginación.

Con mas valor que inteligencia giré la cabeza para confirmar de una buena vez mi horrible destino. Me sentí ridiculo. No había nadie. No había nada.

Tres minutos despúes entré a la casa aún tembloroso pero listo para disfrutar de un café calientito y un panecillo poco nutritivo y cargado de azucar, pa'l susto.


gonX
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Siendo las 2:01 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

HOLA MI KERIDISISMO AMIGUI GONX ATRAVES DE ESTAS LECTURAS ME HE DADO CUENTA DE QUE TRAGAS PURA PORQUERIA NO ES POSIBLE QUE SIENDO YTAN CREATIVO TE LA PASES COMIENDO M....... AVECES LA FLOJERA ES MAS GRANDE PERO NO MANCHES MI KERIDO GONX TE QUIERO
PD. YA NO TENGO PEDO CON LO QUE TE CONTE AFOTUNADAMENTE Y YA LA RELACIONES COMO ANTES GRACIAS POR ESCUCHARME.    



Siendo las 6:11 p.m., Blogger Pami Yasbeck dijo...

Yo aprendí la diferencia entre terror y horror gracias al maestro más cabrón -en todos sentidos- de la facultad: Roy Meza.

¿Sabes quién es? Yo creo que sí    



Siendo las 6:14 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

HOLA GONX ES LA PRIMERA VEZ QUE TE ESCRIBO Y CON MUCHO GUSTO PARTA DECIRTE QUE ME GUSTA MUCHO LO QUE ESCRIBES HABECES ME HACES REIR OTRAS CASI LLORAR Y OTRAS ME DEJAS PENSANDO¡¡¡¡¡¡ SIGUE HACIENDOLO ESTA MUY CHIDO POR CIENRTO YA TE MANDE LAS FOTOS BYE CUIDATE ATTE: KARINA ROSETE    



Siendo las 2:13 a.m., Blogger Mr. gonX dijo...

No conozco a Roy Meza.

Háblanos de Él. ¿sí?    



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