Mermelada, cajeta, miel de maple o de abeja.
He sido profundamente conmovido hoy por un guión fantástico y por un director que llega a veces a caer gordo por lo minucioso y perfeccionista pero al que jamás dejaré de admirar por ser uno extremadamente sensible y suficientemente entendible.
Me enseñó que lo mas importante en esta vida es legar. No importa si se heredan a la humanidad ideas escritas, obras plásticas, ideas habladas, hijos o simplemente historias, sueños.
También ví como amorosamente un hijo llevó a su padre al fin de su existencia, cargandolo en brazos y dejandolo ir con la libertad de quien se sabe entendedor y y de quien se sabe entendido pero sobre todo creyentes ambos de la verdad del otro.
No me perdí en ningún instante del hilo fundamental de la historia ni de lo conmovedor y complejo del argumento con todo y las múltiples interrupciones a las que se vió sometida la proyección.
Una llegada intempestiva y huracánica -y aqui me acuerdo de lo que leí en el blog de la melcocha acerca de los meteoros caribeños y sus exóticos nombres- de familiares incluida la revisión obligada de la compra recién.
Una ida a comprar leche.
Otra ida a comprar leche.
Un ataque de pánico colectivo por no tener ni idea de los mecanismos de castigo medieval a los que se vería sometida la titular de la tarjeta del videoclub por devolver la película-en-formato-que-se-ve-re-chido al día siguiente, o sea, mañana.
Una llamada telefónica al mentado videoclub para averiguar la pena no-capital, entre otras complicaciones y castigos, de las que será víctima la titular de marras.
Una estruendosa pero deliciosa y reconfortante preparación de los jotquéics culpables de las idas a por leche. Nos los antojó el tipo de la película que desayunaba en la cama un altero obsceno de jotquéics con muchisima miel de maple y muchísima mantequilla. Se veían como los de la negrita, esponjaditos, lijeritos y deliciosos.
Pero sobre todo aprendí hoy que, aunque me pregunten mil veces si los quiero con mermelada, cajeta, miel de maple o de abeja, siempre los preferiré con cajeta. Si es envinada mejor.
gonX
Me enseñó que lo mas importante en esta vida es legar. No importa si se heredan a la humanidad ideas escritas, obras plásticas, ideas habladas, hijos o simplemente historias, sueños.
También ví como amorosamente un hijo llevó a su padre al fin de su existencia, cargandolo en brazos y dejandolo ir con la libertad de quien se sabe entendedor y y de quien se sabe entendido pero sobre todo creyentes ambos de la verdad del otro.
No me perdí en ningún instante del hilo fundamental de la historia ni de lo conmovedor y complejo del argumento con todo y las múltiples interrupciones a las que se vió sometida la proyección.
Una llegada intempestiva y huracánica -y aqui me acuerdo de lo que leí en el blog de la melcocha acerca de los meteoros caribeños y sus exóticos nombres- de familiares incluida la revisión obligada de la compra recién.
Una ida a comprar leche.
Otra ida a comprar leche.
Un ataque de pánico colectivo por no tener ni idea de los mecanismos de castigo medieval a los que se vería sometida la titular de la tarjeta del videoclub por devolver la película-en-formato-que-se-ve-re-chido al día siguiente, o sea, mañana.
Una llamada telefónica al mentado videoclub para averiguar la pena no-capital, entre otras complicaciones y castigos, de las que será víctima la titular de marras.
Una estruendosa pero deliciosa y reconfortante preparación de los jotquéics culpables de las idas a por leche. Nos los antojó el tipo de la película que desayunaba en la cama un altero obsceno de jotquéics con muchisima miel de maple y muchísima mantequilla. Se veían como los de la negrita, esponjaditos, lijeritos y deliciosos.
Pero sobre todo aprendí hoy que, aunque me pregunten mil veces si los quiero con mermelada, cajeta, miel de maple o de abeja, siempre los preferiré con cajeta. Si es envinada mejor.
gonX
soy yo, la chinita, sólo pa decir que quéeeeeee cagado, si ayer cenaste jotqueis, fuimos compañeros astrales de cena, es más, tuve que ir a casa de david sólo pa prepararme unos, porque a mí se me acabó el gas y tenía la masa ya preparada esperándome, qué cagado... sólo que yo los prefiero con miel, de maple y poquita, pero eso sí, harta mantequilla.
El david, debo decir, sí comparte tu preferencia por la cajeta...
La miel de abeja es la miel de abeja ehh.¡Adivina quién chatea en la compu de atrás!
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