mucho gusto.

Idas y venidas de ideas en desorden.





Estado de salud: Estable.

Ya, la gripa retrocede.

No sé si sea el trabajo mental encaminado a la autocuración o el par de litros de curado de avena que me tomé en Tlayacapan. Ya ven que al pulque le falta un grado para ser carne.

La aventura empezó con las tremendas desveladas de viernes y sábado, y lo mas increible: desveladas de trabajo.

La verdad la verdad mi cruda era mas bien un malestar de descompensación por tanto trabajo y desveladas y estrés por el perrito bomba (no por beber en exceso), que el domingo explotó en forma de sueño ininterrumpido de mas de doce horas. Dejé plantada a la familia que me esperaba a comer y morí de verguenza.

Tlayacapan está bien bonito. Las calles están en la mera onda que queremos. Al grado de que el joven señor director de arte quedó encantadísimo con la tiendita de Doña Librada y solo propuso un par de cambios de color a los exteriores y reparar el mismo corte de pintura medio carcomida del interior. Todos morimos de emoción con la capillita de San Martín Caballero, a quien elevaremos una plegaria minutos antes del claquetazo inicial, nomás pa' que todo salga chido. La cofradía que se encarga de cuidar al santo de marras -llamada correctamente "mayordomía"- se encargará de autorizarnos a poner un toldo para el cattering en los jardines de la capilla.

Ya de salida, antes de pasar a comer las super quecas de la carretera -sopes, quesadillas, gorditas, tacos de cecina, you name it- pasamos a michelear las micheladas de Lina, la colombiana super amable, que como gran anfitriona que es, nos ofreció su casa como cuartel general para que el crew descanse las dos noches que estaremos por allá. A la par de un tlacoyo de requesón, otro de chicharrón doradito rico y un taco de cecina los viajantes nos empujamos entre pecho y espalda un promedio de dos litros de pulque. Curado de apio, piña, guayaba, avena y natural. Babosito babosito fresco fresco y rico rico.

Hagan cuentas: una caguama michelada -indio, por favor- al estilo colombiano más dos litros de pulque curado primero de guayaba y después de avena más dos días de desvelada infernal más uno de desmañanada mortal -el llamado para el scouting fué a las 9 de la mañana del domingo-.

La ecuación ya a estas alturas me da miedito. Lo bueno es que el chofer que nos trajo de regreso misteriosamente se puso sobrio después de una parada un poco agreste para orinar. No hubo víctimas que lamentar en el camino de vuelta a casa.

Después me dormí mas de doce horas seguiditas y desperté hasta el lunes bien repuestito y con muchas energías disponibles para despilfarrar en trabajos mentales, manuales y sexuales.

gonx
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Siendo las 1:22 p.m., Blogger María dijo...

eeeeh, qué bonito! dos días de filmación! me emociono nomás de acordarme de cuando yo andaba en cosas de esas! Suerte toda.    



Siendo las 2:41 p.m., Blogger Nacho dijo...

Acuérdese de llevar flare en aerosol...    



Siendo las 2:48 p.m., Blogger Jessica Sosa Echagaray dijo...

mmmmm....talcoyos y sexo...
mmmmmm    



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