El Refri.
El refri es un lugar. Es un estado mental y de consciencia. Es un apelativo eufemístico para una zona bien definida -y con nombre oficial, claro- del territorio mexicano.
No estoy del todo seguro pero, al parecer, en verano el refri se convierte en el horno.
Pero no me desvío del tema central: este año, como cada año ha sucedido desde hace harto tiempo, iré a pasar las navidades al refri.
Alguien alguna vez exclamó: "¿Refri? ¡freezer!" -como diría Narda, o Sumito- pero preferimos decirle refri al refri.
Hubo un año que en el refri estuvimos a 15 bajo cero o por ahí. Éste, quién sabe.
La promesa es pasar unos días con Papá, como hace tanto tiempo no los pasamos: juntos. Cocinar para la cena navideña y para la de año nuevo. Obsequiar cositas y disfrutar de la paz que solo la sierra coahuilense puede brindar: no borrachos que se hacen pinole en el periférico o cohetones a media noche a media calle o tráfico infernal -no confundir con "tráfico invernal"-a las 9 de la noche del 24 o del 31.
Ahora solo queda esperar el día y la hora en la que el corcel plateado con cuarenta y tantos asientos reclinables, sobrecargo uniformada, lunch de media noche y películas charras me lleve a mi destino y cumplir con mi papel de tameme, obligado dadas las circunstancias, de ida y de regreso.
Ái les cuento cómo me fué.
gonX
2 comentarios:
el refri? mmmm, te imagine sentado dentro de un refri, eso sucedió!
Felices fiestas!
¡Feliz día del refrigerador!
Ahh, yo también quiero ir por esos rumbos, el próximo año, supongo.
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