Media noche en el jardín del bien y el mal.
Si Diana Krall estuviera aqui junto a mi le pediría que, por favor, cantara esa canción solo para mi aunque fuera a capella. Casi ni pido nada.
Tuve una perra muy bonita. Se llamaba Sol. Era pequeña y flaquita pero dulce dulcísima y tierna tiernísima. Obediente y leal. Era admiradora de los transeuntes que caminaban sobre la banqueta de mi casa y le tenia fobia a la calle excepto cuando salia conmigo al parque. Le ladraba a los hombres como buena fémina feroz de dientes para afuera, pero tambien le ladraba a los gatos y a la luna y a las moscas y a los autos que pasaban.
Una noche volví a casa y ella ya no estaba.
No se si fué robada o se escapó de la monotonía de vivir en un jardín y salió a perseguir su destino que iba en la cajuela de algún auto que se alejaba acelerando por la calle.
Donde estés, Sol, te dedico hoy estas palabras así como te dediqué aquella noche esas lágrimas.
gonX
Tuve una perra muy bonita. Se llamaba Sol. Era pequeña y flaquita pero dulce dulcísima y tierna tiernísima. Obediente y leal. Era admiradora de los transeuntes que caminaban sobre la banqueta de mi casa y le tenia fobia a la calle excepto cuando salia conmigo al parque. Le ladraba a los hombres como buena fémina feroz de dientes para afuera, pero tambien le ladraba a los gatos y a la luna y a las moscas y a los autos que pasaban.
Una noche volví a casa y ella ya no estaba.
No se si fué robada o se escapó de la monotonía de vivir en un jardín y salió a perseguir su destino que iba en la cajuela de algún auto que se alejaba acelerando por la calle.
Donde estés, Sol, te dedico hoy estas palabras así como te dediqué aquella noche esas lágrimas.
gonX
Esto fué escrito el 30 marzo 2005 a las 12:07 a.m..
Yo tuve a una Tomasa que se perdió por mi culpa (y la de Pau). Comparto, tu dolor.
Se llamaba Frida,la condenada perra del mal, no hacía más que comerse las camisas de mi tío ale, las medias de mi ma y de mi tía flavia entre otras curiosidades femeninas...Nada de eso importaba a mis ojos. Yo quiería a ese animalito traído un bienaventurado día de no sé que año.
Otro día, no mucho después de haberla conocido, ella tampoco estaba, tal como Sol... Mi madre, en conspiración con mis tíos, la regalaron a un desconocido, del que recibimos una llamada muchos años después, para avisarnos que la perra, que era imposible aplacar, era camperona en Italia de esos concursos para perros bonitos de la tele...
¿Te pagan cuando tu perro gana uno de esos concursos? Fue lo primero que se pensó en mi casa...
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